El gran momento biker de Carlos Coloma, su bronce en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, fue el inicio de su aventura profesional en la gestión de un equipo de BTT.
Nació entonces lo que hoy conocemos como BH-Templo Cafés UCC, el proyecto que hoy el exbiker riojano gestiona a tiempo completo y sin distracciones: “Hubo un momento, esta primavera, que decidí dar un paso atrás, con el aplazamiento de los Juegos Olímpicos, tuve que dedicarme exclusiva al equipo”.
Desde un inicio, incluso siendo un biker aún en activo, Carlos Coloma tuvo muy claro que la clave del equipo estaba en un elenco competitivo de corredores perfectamente acompañado de un buen staff: “Eso es tener un padcock, mover los vehículos y potenciar la comunicación de manera que los corredores sólo se dedicarán a lo suyo, entrenar y competir”.
En esa carrera por la imagen, Carlos Coloma nunca dudó en trabajar con Gobik desde el principio, desde el segundo inicial del BH-Templo Cafés UCC.
La importancia de una buena imagen
“Es fundamental la imagen que damos y ahí Gobik nos ayuda mucho, pues siempre van un paso por delante en innovación y estética. Jugamos desde un inicio con nuestros colores, negro, blanco y rojo y sobre ellos creamos todo. Gobik siempre ha funcionado en la vanguardia de tendencias y para nosotros es importante tener la mejor presencia y cercanía con nuestros seguidores” comenta Carlos que precisa: “Con algunos retoques, el maillot será muy similar el año que viene”.
Carlos Coloma valora mucho la colaboración con Gobik este tiempo y lo sitúa como “un compañero clave para París 2024”.
“Los tejidos de Gobik están a la última, tienen visión y son una empresa 360 en diseño y estrategia. Con nosotros coinciden además en la mejora continua, como lema de trabajo” confirma Carlos que mira al 2022 “con ilusión, con el co-factory sub 23 y las escuelas de ciclismo con las que colaboramos -una de ellas la del propio David Valero, bronce en Tokio-. La llegada de Nathalia Fischer -campeona de Europa y podio en el mundial XCM- es un plus muy grande, aunque esperamos que Rocío dé el salto y las mejoras que aplicamos a la bicicleta se hagan notar”.
Una pequeña historia
Los inicios del equipo se remontan al trío formado por Josep Duran, Rocío del Alba y el propio Carlos. A este núcleo se sumaría Pablo Rodríguez con Tokio 2020 en el punto de mira, un objetivo que, como sabemos pasó al último verano.
“Tras el bache del Covid, rearmamos el equipo para 2021 con la llegada de David Valero” resalta Carlos que saca brillo al bronce que su pupilo se colgó en el podio de Tokio, como si el riojano siguiera su idilio con el sueño olímpico que hoy tiene siguiente parada en París, en dos años medio.
Por El Cuaderno de JoanSeguidor
Fotos: Silvia Fernandez Sainz