“Todo bien, con ganas que vuelva cierta normalidad a nuestras vidas” admite de entrada David Valero a nuestra pregunta de cortesía.
Lo dice desde su Baza natal, donde vive y entrena con el objetivo de volver a los Juegos Olímpicos. Lo hace por sierra de Baza, también por la de Filares, sacando punto a un estado de forma que “es bueno. Tras una campaña tan atípica como la del año pasado, por suerte no estamos acusando las restricciones de entonces”.
La pretemporada de David va por buen camino, una pretemporada que es la primera en el BH Templo Cafés-UCC, el equipo dirigido por Carlos Coloma que le ha abierto las puertas: “Queremos retos, cosas nuevas -admite David Valero-. He estado tan a gusto durante tantos años en MMR que siempre estaré agradecido, pero necesitaba un cambio de aires y la compañía de Carlos, Pablo y Rocío es perfecta”.
De hecho, el equipo del biker riojano es claro aspirante a colocar gran parte de sus miembros en el bloque español de los Juegos Olímpicos: “Con esa idea trabajo. Ya sé lo que son unos Juegos y quiero repetir. Llevo de forma sostenida entre los diez mejores del mundo desde 2015 y eso es un aval muy grande”.
Optimista sobre los Juegos Olímpicos
Sólo trabaja con la idea de que los Juegos se celebren, la mejor forma de fijar un objetivo y con él las fases de su forma y trabajo. “No creo que los vuelvan a aplazar -confiesa David Valero-, vamos eso espero. Sería muy triste que no se celebraran”.
Con 32 años, repetiría la experiencia de Río de Janeiro, donde fue noveno, un resultado al que se agarra para seguir progresando. “Sinceramente -prosigue- creo que tengo buenas posibilidades de ir, conozco la cita y lo que le rodea, los Juegos son otra cosa, una carrera en la que todos nos fijamos y el nivel es tremendo. Si de normal hay que estar al 100%, aquí se exige el 200%. Hablamos de una cita cada cuatro años, no como otras, y eso la hace especial y tan deseada. La exigencia es enorme, la mentalización clave, pero también la motivación, aunque ésta viene sola con sólo mentar la Olimpiada”.
Si no pudiera estar en Tokio, la edad no sería un problema para pensar que su último tren pasó. De hecho París le pillaría con 35 años, edad en la que “con los entrenamientos actuales, tan pensados en alargar las trayectorias, sería posible brillar también en 2024”.
En la dinámica del equipo
David Valero ya viste Gobik y la ropa del BH Templo Cafés-UCC: “Conocía la marca hace tiempo. En mi zona -Baza- está muy extendida, la utilizan muchos clubes y amigos”. Siempre la percibió vistosa y elegante pero “me ha sorprendido el nivel de calidad que ofrece, responde bien en los entrenamientos más exigentes”. Ahora quiere ponerla al límite en las carreras.
Su programa hasta la cita olímpica está claro, pues sabe que las plazas se jugarán en las Copas del Mundo. Conoce a sus rivales por esas dos plazas y va con todo. “Soy optimista” repite reiteradamente.
Esa es la actitud, sus años en el MMR se han saldado con un crecimiento sostenido, como dijimos, desde 2015. “Tengo grandes recuerdos de varios momentos de mis últimos años. En 2016 participe en los Juegos de Río, pero al año siguiente logré grandes resultados con podios en la Copa de Mundo y acabando entre los diez mejores a nivel mundial. Al año siguiente conseguí el bronce en el europeo”.
Está claro que David Valero conoce el camino hacia el éxito, y ahora, como para miles de atletas en todo el mundo, éste reside en un lugar de Tokio, un circuito de BTT en el que los mejores del mundo, entre los que ya está, ponen todas sus ilusiones.
Textos: El Cuaderno de Joan Seguidor
Fotos: David Acedo