Entrenando con Aleix Espargaró

“Toda mi vida ha girado en torno al mundo de las motos, mi trabajo, mi carrera deportiva… todo vinculado a ellas”

Así empieza nuestra charla de ciclismo, entrenos y vida con Aleix Espargaró, partiendo de una premisa: ¿De dónde viene esa pasión por la bicicleta?

“Por mi preparación física practicaba running, pero me hice daño en la espalda al caerme me rompí dos vértebras y a partir de ahí prohibido el deporte de impacto” nos cuenta. De eso han pasado once años y ahí surge la bicicleta.

Probó y la cosa fue a más: “Antes de ese cambio, seguía lo justo el ciclismo, como otros deportes. Nada que ver como lo sigo ahora. Me acuerdo cuando empecé con la bicicleta. Tenía cierta relación con Purito, éramos de dos pueblos cercanos, el de Parets y yo, de Granollers. A partir de esos días hicimos buena amistad”.

Tanta que Aleix empezó a frecuentar carreras invitado por el ciclista. “Estuve en la Vuelta y en el Tour, llegué a ir a verle a sitios como Tourmalet. Estaba entre los mejores del mundo e influyó mucho sobre mi amor por el ciclismo”.

Ídolos y amigos ciclistas

Repasa algunas fotos de esa época: “Las veo y lo que más me llama la atención es lo poco conjuntado que íbamos. Vestíamos con culotte de un color, un mailot de otro. Todo muy flúor, quizá influencia de la moto, pero en la bicicleta era todo más neutro”.

Prosigue: “Llegar a los 30 km/h de media era una fiesta nacional”.

En este tiempo, ha cultivado su pasión con el ciclismo en dos vías. Una la de fan, desarrollado una gran admiración por Marco Pantani: “Es una persona que me ha marcado. He leído, escuchado y visto mucho sobre él. Conocí a su madre y visité su museo en Cesenativo”.

La pasión traspasó a su trabajo, las motos: “Le dediqué un casco en homenaje a su recuerdo con su logo en amarillo fluorescente: Il Pirata. Hice dos, su madre estuvo en un gran premio y cuando acabó le regalé con el que competí. Hoy está en su museo. El otro lo guardo en casa, igual que una Bianchi del último Tour de Francia que corrió”.

De los actuales admite que “uno de mis mejores amigos es un ciclista, Enric Mas, uno de los mejores del mundo. A nivel humano es un 10 y como ciclista, un 11. Fue una pena cómo abandonó el Tour, tenía una forma increíble. Iba muy deprisa tras moto. Espero que no haya perdido mucha forma para la Vuelta”.

También ha entablado buena sintonía con José Joaquín Rojas, Carlos Verona y Juanjo Lobato, entre otros.Aleix Espargaró. Ciclismo. Movistar Team.

Entrenando con ciclistas

Para Aleix, el valor de los ciclistas no sólo reside en lo que son capaces de hacer sobre la bicicleta. “A nivel humano los valoro mucho, son unos sufridores natos. En un mal día, no recortan ni quitan un puerto de su entreno. Llevan el sufrimiento en el ADN y eso lo admiro e influye en su forma de ser: Muchos grandes deportistas suelen ser avariciosos, reservados y fríos, pero a los ciclistas los veo humildes y cercanos”.

Para él, la bicicleta es más que la rutina, es una pasión que le lleva a la mejora constante. “Por mi trabajo admito que entreno de forma polarizada, aunque si estoy en casa toda la semana, hago bloques de tres días de bicicleta y uno de descanso activo haciendo rodillo, caminar, natación…”.

Salen unas semanas de unas veinte horas sobre la bicicleta, aunque “más de tres días en Andorra resulta duro por la cantidad de puertos que hay. Suelo salir entre 3 y 5 horas y en verano me gusta salir tranquilo, explorar y meterle horas. En invierno, vamos más a la zona de La Seu, hace mucho frío y los puertos pueden estar cerrados”.

Una salida de 4 horas y 3000 metros podría ser la estándar, la de andar por casa, aunque el día que hablamos con él, acababa de hacer La Purito él solo: 6 horas y 5000 metros. “Como no estoy el día que se celebra, me gusta hacerla solo” apunta.

Lugares para ponerse en forma

Le gusta perderse por “Cabús y Cortalls d´ Encamp, por las vistas, aunque nada como La Gallina, es muy duro. Lo puedo subir unas cinco o seis veces al año”.

¿Lugar escondido?

“Sin duda que el Vall de Sorteny en Grandvalira, El Tarter. Cuando se acaba la carretera nacional, sigue otra muy estrecha, no muy empinada. Son 5 kilómetros a unos 2000 metros y que te llevan a ningún sitio”.

“Sinceramente me gusta mucho la bicicleta, pero es que además es muy buena para mi trabajo. Yo mido metro ochenta y 65 kg, con ella hago buen cardio y me ayuda a mantener el peso. Adquieres disciplina en nutrición y te da un plus de lucidez en los momentos duros de los grandes premios que sólo alcanzas cuando llevas el cuerpo al límite” nos explica.

Y completa: “Las cosas hay que entrenarlas en casa”.Aleix Espargaró. Ciclismo. Entrenamiento ciclismo.

Acabamos con Aleix, y solventamos una cuestión que nos merodea todo el rato. Nos habló cómo vestía cuando empezó en la bicicleta y nada tiene que ver con el presente. “Ahora sí que voy con estilo, sin duda, bien sea ropa customizada o de colección. La estética de Gobik me encanta”.

“Me quedo con el culotte "Ultralite", es una obra de arte, parece que vaya sin nada, y el gran polivalente, el chaleco “Eminent”. Es mi prenda favorita, me da la vida. El tiempo es muy variable en Andorra, aunque salgas en agosto te puedes poner a 8 grados. Lo llevas perfectamente plegado y lo sacas para mantenerte caliente”.Aleix Espargaró. Entrenamiento ciclismo.

Él lo ve además en los Movistar: “Están encantados con la ropa de agua de Gobik. Salimos a - 8 grados y pasan bien el día. El progreso y el valor de las marcas se ve en la ropa de invierno”.

Ojo que lleva vinculado a la marca desde 2017, nada menos, y conoce bien las prendas y lo que se ofrece. “Seis años parecen mucho, pero el cambio es el día y la noche, han llegado a ganar carreras como el Tour, vestir equipos como el Movistar. Sales en bici y todos llevan Gobik”.

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