Yogyakarta, la gran desconocida de Indonesia
En la isla de Java, Yogyakarta es la única región del país gobernada todavía por un sultán, y esa mezcla de tradición, espiritualidad y orgullo cultural se respira en cada rincón.
Carreteras que serpentean entre un verde casi irreal, salpicado de palmeras y arrozales donde los locales siguen trabajando como antiguamente, a mano y desplazándose en bicicleta. Quizá por eso Yogyakarta presume de una cultura ciclista potente, auténtica y profundamente arraigada siendo un verdadero paraíso para los amantes del ciclismo de carretera.
Un festival sobre ruedas
Il Festino es mucho más que una carrera: es un festival ciclista. Todo gira en torno a un complejo hotelero lleno de jardines tropicales, donde marcas y participantes conviven en un village vibrante. En esta cuarta edición, unas 600 personas llegaron entre el viernes y el sábado para disfrutar de la salida social de la mañana y recoger el dorsal antes del gran día.
Un río azul y amarillo
El día grande llegó el domingo. Para esta edición, la organización de Il Festino diseñó junto a Gobik el maillot oficial, una combinación de azul y amarillo que brilló aún más bajo el sol radiante de Yogyakarta.
Las carreteras se llenaron de color y de pasión. La afición local es digna de mención: niños, adultos y mayores animaron a todos los participantes con una energía desbordante, miradas vibrantes y una hospitalidad que te toca el corazón.
En Jogja uno entiende que, sin importar el lugar, la bicicleta es un lenguaje universal que nos une.
Jogja: un país de contrastes que te transforma
Il Festino es más que una carrera. Desde los mercados bulliciosos a la serenidad de los arrozales, el recorrido conecta paisajes, cultura y sensaciones. Los ciclistas se llevan en sus maletas tradición, hospitalidad y sonrisas infinitas.
Y es que pedalear en Yogyakarta no es solo sumar kilómetros, es un viaje interior que te acompaña mucho más allá de la meta.
