“Pasa rápido el tiempo” reflexiona Félix García Casas, cuando apreciamos los años que han pasado desde que fuera profesional.
Hace 25 años, nada menos que un cuarto de siglo, Félix García Casas era uno de los rostros fijos en aquel ciclismo que se televisaba casi todas las semanas, desde cualquier punto de España, vuelta tras vuelta, en una secuencia que supimos casi de memoria: Mallorca, Andalucía, Valencia, Setmana, Aragón, País Vasco…
“Ya lo creo que era un ciclismo muy diferente, pero ojo que entonces las cosas no eran tan sencillas por muchos equipos que hubiera. Mira, el año que yo subí, sólo lo hicieron siete corredores, y había doce o trece equipos” describe.
Jesús Hernández es otra cosa, al otro lado de la conversación, saca años de su paso por profesionales, le salen experiencias más recientes, más tiernas en la memoria. “Colgué la bicicleta en 2017, no hace tanto” precisa él, que estuvo en la brecha desde 2004, en tiempos del Liberty Seguros.
¿Su orgullo? “Haber visto casi todas las grandes victorias de Alberto en primera persona” anuncia con júbilo.
Las enseñanzas del oficio
Félix García Casas y Jesús Hernández se integran en la actualidad en la estructura de la Fundación Alberto. El primero es mánager general, el otro director del Kometa, el equipo continental que se sitúa en la parte más alta de una pirámide que incluye escuela, estructura júnior y sub 23.
Ambos saben perfectamente qué sensaciones recorren el cuerpo del ciclista cuando está en competición, entrenando, descansando, en cada uno de los ciclos del profesional.
“Quiero enseñarles el oficio” -apunta Jesús Hernández- “quiero que trabajen con disciplina, que las cosas no salgan al tuntún, que detrás haya un trabajo firme, que seamos un equipo, no una banda”.
Y prosigue: “Quiero concentración en la carretera, aquí hablamos de miles de circunstancias. Para aspirar a cosas, hay que correr como un equipo grande. Esto no es un juego”.
No es un juego no, menos en los niveles que gestiona Jesús Hernández, en sus manos está la parte alta de la estructura, de aquí han salido varios profesionales que debutan en el World Tour este mismo 2020.
Félix tiene una visión más general. Empezó dirigiendo el equipo juvenil y ha ido creciendo en responsabilidades según la estructura de la Fundación Alberto Contador ha ido creciendo.
Hoy entre los tres equipos hablamos de 37 ciclistas, a parte del staff, luego por la escuela han pasado cuarenta chavales. “Somos una pyme en toda regla” -completa Félix- “añádele otras diez personas trabajando a tiempo completo en otras áreas”.
Pero esa gestión no resta un ápice de interés a los motivos que Félix encontró en el ciclismo pues “me encantan las categorías de desarrollo, saber de los juveniles, de los sub 23, tener contacto directo con ellos, tener sus sensaciones, saber de sus problemas. Tras haber pasado por todo tipo de escenarios, ahora abordo los problemas con la sensación de haberlos vivido ya antes”.
La promoción como objetivo
Pero todo ello no hace perder de vista que “somos una estructura de promoción” repite Félix.
“Nuestro orgullo, nuestras victorias están en los corredores que somos capaces de situar en el World Tour” afina Jesús.Una promoción que tiene en Gobik un socio estratégico, ya en toda la estructura, también en las escuelas.
“Conozco la marca por Alberto, son jóvenes y ya tienen un sitio en el ciclismo. Yo llevo Gobik en mis entrenamientos, ¿cómo no se lo voy a recomendar a los chavales?” precisa Jesús.
A lo que añade Félix: “Para nosotros Gobik es clave en este proyecto, su imagen y sus materiales son perfectos para lo que queremos. Llevan un año con nosotros y la experiencia es recomendable. Vivimos de la imagen y el rendimiento, en ambos campos cumplen con nosotros”.
Este año Kometa llevará el copatrocinio de Xstra y en la mente está repetir los éxitos de 2019, éxitos que hablan del paso de Stefano Oldani al Lotto-Soudal, de Juanpe López y Michel Ries al Trek-Segafredo e Isaac Cantón al Burgos-BH. Otra historia es lo de Carlos Rodríguez, de juveniles al Team Ineos, vía directa.
Esas son las cosas que engrandecen el proyecto, que le dan sentido, aunque quizá un día el objetivo pueda ser un equipo de destino, el objetivo para los mejores del mundo.
Entonces el proyecto habrá hecho cima.
Textos: El Cuaderno de JoanSeguidor
Fotos: Atila Madrona