Cualquier balance del Movistar Team en el Tour de Francia pasa ya por la primera etapa, incluso antes de concluirla.
La caída y abandono por fractura de escápula de Enric Mas en uno de los descensos de la jornada dejó al equipo sin el plan A, que no era otro que trabajar para que pisara el podio de Paris, pero como siempre sucede a alguno de los favoritos, los primeros días de Tour no perdonan y en el caso de Enric fue de la forma más terrible posible; sin opción a demostrar nada del gran trabajo que le había llevado a la salida de Bilbao como uno de los hombres importantes de la carrera.
No pudo lucir demasiado Enric el maillot blanco Iceberg que Gobik diseñó para el mejor equipo español en la carrera más importante del año. Las tres semanas de Tour de Francia sirvieron de escenario para los ciclistas del Movistar Team y para esos colores que buscaban singularidad en el pelotón y trasladar un mensaje de respeto a los océanos.
De hecho, al concluir la carrera, los maillots de Nelson Oliveira, Alex Aranburu y Gorka Izaguirre más el de Gregor Mühlberger, de campeón austriaco, fueron subastados a favor de la Fundación Ecomar, que busca educar a los niños desde el respeto al mar y sus valores.
Siempre en los cortes
Con Enric Mas retirado, el equipo rehízo su estrategia buscando sacar lo mejor de cada uno de sus ciclistas en las etapas que seguían a la gran salida vasca.
Ya en los Pirineos, se comprobó que ese cambio de chip era un hecho. En la primera jornada, camino de Laruns, Matteo Jorgenson y Gregor Mühlberger entraron en el corte que formaron los Bora de Hindley y que puso en jaque el Tour. Al día siguiente, Ruben Guerreiro subió Cauterets junto a Vingegaard y Pogacar, cazando una escapada anterior al Tourmalet.
Como viene siendo costumbre desde los ochenta, el equipo no olvidó sus raíces navarras y, el 7 de julio, los ciclistas subieron al podio de presentación con el pañuelo rojo en honor a San Fermín.
Eran los primeros días de Tour y las fuerzas, aunque no intactas, seguían muy enteras.
Matteo Jorgenson sería gran protagonista en un par de jornadas, en especial la de Puy de Döme, en la escapada buena y tomando riesgos a casi cincuenta kilómetros de la cima, llegando a estar cerca, muy cerca, de la victoria que acabó en manos del canadiense Woods, quien le superó en el kilómetro final.
A los pocos días, sería protagonista en otra fuga que acabó con victoria de Ion Izagirre y el estadounidense en tercer lugar. El Tour de Jorgenson acabó antes de lo previsto por una lesión, pero dio la medida de lo mucho que ha crecido este ciclista en el equipo.
Por medio, otro corredor de la casa, Antonio Pedrero, también pilló el corte bueno en la trepidante jornada que acabó con el éxito de Pello Bilbao. Pedrero abandonó el Tour tras una masiva caída en el inicio de una de las jornadas alpinas.
La presencia del Movistar Team en los cortes buenos fue una constante en manos de Oliveira, Gorka Izagirre y el propio Mühlberger. Alex Aranburu, por su parte, buscó la suerte en las llegadas, pero el éxito de las fugas en este Tour complicó las cosas.
Y es que el Tour puede darte mucho y negarte todo, para el Movistar Team no fue una edición sencilla, pero el equipo demostró cintura y buscó una fortuna que, como se vio, estaba reservada a gente de muchísimo nivel.