Ya nos dijo Pauline hace unas semanas que “el objetivo del año son los Juegos Olímpicos, sin duda. Es la carrera más especial. Está claro que la presión es brutal por celebrarse cada cuatro años, pero es la única grande que falta en mi palmarés y siempre quiero más”.
Campeona del mundo en BTT, carretera y ciclocross, es obvio que para la biker de Reims, la medalla de oro olímpica es la primera y, casi, única opción. Sin embargo, sabe mejor que nadie que la empresa no es nada sencilla, pues la de Tokio será la tercera vez que esté en la gran fiesta del deporte mundial.
Claro que la primera vez que fue convocada para unos Juegos, Londres 2012, lo hicieron por partida doble: “Me llamaron para la carrera de carretera y de BTT. Sufrí una caída entrenando con la MTB y, como segunda biker del equipo, tuve que apañarme para irme sola al hotel, la selección estaba muy centrada en la primera corredora Julie Besset, que también tuvo una caída”.
Una experiencia amarga muy alejada del sueño olímpico, que no desea a otros pues “para mí, la igualdad entre atletas es algo innegociable, es la clave del deporte”.
La excelencia del deporte
“En mi opinión, los Juegos Olímpicos son la excelencia en el deporte, lo máximo que lograr. Es un día muy especial, único. Cualquier cosa puede pasar” describe del día de competición.
“Hemos vivido un aplazamiento de los Juegos -prosigue- pero no me ha ido mal. Tuve una lesión en 2019 y pasé por quirófano a principios del año pasado por un problema con la vena ilíaca. Como dos veces campeona del mundo, en 2019 y 2020, tenía garantías de ser seleccionada, pero no estás segura, hasta que se hace oficial”.
Para Pauline “los Juegos son un motor para entrenar. A diferencia de otras veces, será la primera vez que voy sólo a correr BTT. Me he centrado en exclusiva, ni siquiera hice ciclocross el pasado invierno, por la lesión. He cambiado cosas en mi preparación que quiero probar y centrarme en los Juegos, el gran objetivo ahora mismo a donde quiero ir con mi mejor estado de forma. Todos miran a Tokio”.
Lo que no ha cambiado es el apoyo de Gobik, vistiendo el Absolute Absalon: “Su apoyo es constante durante todo el año. Valoro mucho sus culottes, una pieza comodísima, pero también la parte técnica de sus productos”.
Conoce el circuito, al punto que, en el preolímpico, tuvo un accidente y se rompió la nariz: “Se trata de un recorrido incómodo y técnico, sin lugares para el descanso. Me encanta, es un reto que te exige una concentración total, sin pausa”.
Señala a Rebecca McConell, a Jenny Rissveds, Haley Batten… “llegan muy fuerte, pero en mi opinión, debo centrarme en lo mío, pues no puedo controlarlas. Al final una misma es su principal rival”.
Su fecha en Tokio es el martes 27 de julio.
Por El Cuaderno de JoanSeguidor
Fotos: Paul Foulonneau