El Tour de Francia, la carrera ciclista más importante y esperada del mundo, regresa en 2024 en una de las ediciones más abiertas que se recuerdan, tanto por el cartel de favoritos y el momento en el que llegan como por el recorrido, que por primera vez no terminará en París y tendremos emoción hasta la última etapa con una contrarreloj individual de 30km.
Esta edición promete emociones fuertes y momentos inolvidables, destacando algunas de las ascensiones más míticas que sin duda pondrán patas arriba la clasificación general. A continuación, exploraremos los puertos clave que definirán el destino de esta legendaria carrera y acapararán la atención de aficionados de todo el mundo.
Primera semana: “La calma antes de la tormenta”
En esta edición, tendremos una primera semana “tranquila” en lo que a la alta montaña se refiere. Lo cual no significa para nada que no pueda haber espectáculo y sorpresas. Los nervios de los primeros días, la lucha de los equipos “outsiders” para sorprender en alguna fuga, la necesidad de los equipos de “sprinters” de sumar victorias y, porqué no, algún demarraje inesperado de los favoritos (no sería nada extraño viendo la tendencia actual), pueden convertir cualquier día tranquilo sobre el papel en una auténtica carnicería.
2 de julio, Galibier, “el aperitivo": Como primer contacto con alta montaña, tendremos que esperar hasta la etapa 4 con la ascensión al mítico Col du Galibier. Un puerto de 23 km al 5% que ha sido testigo de las mayores gestas de la historia del ciclismo. Coronando a 19 km de meta, puede ser sin duda la primera agitada de árbol de los favoritos. No se descarta tampoco que los equipos de la GC intenten infiltrar gregarios en la fuga para ayudar en la larga y rápida bajada en caso de que los “capos” decidan un ataque.
Segunda semana: “Los pirineos”
Tras una primera parte del Tour “calmada” en lo que a la alta montaña se refiere, entramos en una segunda mitad que será un auténtico infierno para los sprinters y un sinfín de oportunidades para los hombres de la GC: 6 etapas de alta montaña en las últimas 10 etapas y una CRI con un puerto de 8km en el último día.
14 y 15 de julio, Pirineos Orientales. La primera “etapa reina” del Tour 2024 tendrá lugar el 14 de julio con salida desde Pau. El paso por el legendario Tourmalet con sus 19 km al 7,5% será el primer gran juez de la carrera, mientras que las durísimas rampas de Pla d’Adet (11km al 8% de media) decidirán la etapa y posiblemente harán mucho daño en la clasificación general.
Al día siguiente, deberán afrontar varios puertos de 1a y 2a categoría hasta llegar a otro coloso histórico: Plateau de Beille. Sus 16 km al 8% de media han sido testigos de las grandes gestas de Indurain, Mercx, Hinault… Y, dada la exigencia de la etapa anterior y la fatiga que acumularan los corredores de la GC, será sin duda una ascensión que marcará diferencia.
Última semana: “Alpes Marítimos, la hora de la verdad”
Si bien los Pirineos pondrán a los hombres importantes de la GC en su sitio, los Alpes Marítimos serán los que decidan esta edición de la ronda gala.
19 de julio, La etapa reina. Sin duda la etapa más exigente de este tour. Con 3 HC en apenas 140 km, el espectáculo estará garantizado desde la salida. Una jornada con tintes épicos que comenzará con la ascensión al Col de Vars y sus 19km al 6%, un puerto ideal para formar la fuga. El puerto más duro del día lo encontrarán a continuación con el Col de la Bonette, una interminable subida de 23 km al 7% de pendiente media que, si bien quizá por la distancia a meta no será determinante, seguro que sirve para eliminar a más de uno y dejar las piernas “calentitas” para la última ascensión: Isola 2000 y sus 16 km al 7%. Un último “gigante” que, con la fatiga acumulada y sus exigentes rampas, seguro que acaba siendo determinante en la carrera.
20 de julio, “Last chance”. Última etapa en línea del Tour y por tanto la última oportunidad para los hombres de la GC que no tengan opciones en la CRI del domingo. Quien quiera probar la épica tendrá una ocasión inmejorable en los 20km al 5% del Col de Turini, pero sin duda tendrá que pensárselo muy bien, ya que si no regula las fuerzas va a sufrir de lo lindo en la última ascensión del día, el Col de la Couillole y sus 16 km al 6%.
21 de julio, “El postre”. En 1989, todo París estaba preparada para la celebración de Laurent Fignon en la última etapa del Tour. Sin embargo un invitado inesperado les arruinó la fiesta a los franceses: Un americano llamado Greg Lemond le sacó 51 segundos en las calles de París y enmudeció a todo un país que esperaba una victoria francesa en el Tour. Desde entonces, el Tour de Francia decidió que la etapa de París sería en línea para no condicionar la clasificación general hasta el último día, algo que se ha mantenido durante 35 años.
Por primera vez en la historia moderna el Tour no acabará en París y también por primera vez desde hace 35 años la carrera no acabará con una etapa en línea. Una CRI de 30km con la ascensión a La Turbie (8km al 5%) que sin duda puede dar un vuelco total a la clasificación general. ¿Volveremos a tener sorpresas como en 1989? Teniendo en cuenta que todos los favoritos a la GC son grandísimos contrarrelojistas, es muy probable que haya grandes cambios en esta última etapa.
Sin duda será un Tour de Francia diferente, probablemente lleno de sorpresas y que nos mantendrá en vilo durante todo el mes de julio. Bienvenidos a las 3 semanas más bonitas del año: C’EST PARTI!