A caballo entre marzo y abril, la Volta a Catalunya y la Itzulia, la Vuelta al País Vasco, traen los mejores ciclistas del mundo a este lado de los Pirineos. Dos carreras que son historia del ciclismo mundial, con mucha vinculación al territorio, queridas y admiradas por los suyos y en medio mundo, y con palmarés que reúne las grandes figuras de la historia del ciclismo.
En esta semana de impasse, hemos querido viajar al corazón de las dos carreras junto a sus dos mentores, para describir la singularidad que reviste su existencia, todo, mientras saboreamos el triunfo de Sergio Higuita, en una Volta que tuvo una jornada histórica por la Serra de Prades, entre Salou y Cambrils, como cantaba Serrat en “Decir amigo”.
“Tanto Volta e Itzulia -comienza diciendo Rubén Peris, presidente de la Volta a Catalunya- están organizadas por un grupo de amigos, siendo de las pocas que quedamos en este nivel romántico”.
Para Julián Eraso, máximo responsable de la Itzulia, “esto es como si cada año reviviéramos un nuevo milagro. Estamos metidos en un proyecto de carreras súper profesionalizadas, con un grupo organizativo muy amateur y altruista. Cada año empezamos de cero, siempre con la ayuda de las instituciones, que por suerte no fallan y no lo hacen, porque lo ven como lo vemos nosotros, que son nuestras vueltas y en ellas apreciamos el espíritu de nuestra gente y tierra”.
Buscar el punto intermedio
Peris admite abiertamente que “no sé hasta cuándo podremos aguantar en este mundo tan profesionalizado. Es normal pensar que en algún momento todo acabará en manos de organizaciones muy profesionalizadas y quiero creer que será para mejor, aunque se desvanezca un poco ese romanticismo”.
El responsable de la Volta prosigue: “Como dice Julián, las instituciones no fallan, porque nosotros no fallamos, aunque llegará el día que lo haremos, por una cuestión vital. Es difícil encontrar el relevo, la vida ha cambiado mucho y no es sencillo. Lo ideal sería encontrar un término medio: mantener una base de voluntarismo, con una parte profesional que ejecute. Poco a poco vamos encontrando compañeros de viaje para tareas en las que trabajas con profesionales, desde ayuntamientos a proveedores”.
Pero cuando se mira alrededor, se toma nota de un paisaje muy diferente. “En el WT hay una amplia mayoría profesionalizada, con unos presupuestos que dejan pequeños los nuestros. Ahí está el factor diferencial de nuestro trabajo” aporta Julián Eraso, quien tras la Itzulia masculina, la semana del 4 al 9 de abril, tiene la versión femenina en mayo y, ya en agosto, la Klasikoa, la Clásica de San Sebastián.
Y es que la rueda no para: “Nosotros -dice Rubén Peris- ya hemos hablado con poblaciones para 2023 y 2024, pero no siempre sale el recorrido que uno quiere, encajando las piezas del puzle sin que las neutralizaciones condicionen en exceso”
Tienen una cosa a su favor, sendas carreras son un espectáculo y la gente las quiere en sus calles: “Tanto la Volta y la Itzulia suenan bien a los ayuntamientos. En general somos bien recibidos. Nosotros percibimos la cercanía, de la gente y de los pueblos y eso nos llena” comenta Julián Eraso, en medio de una agenda colmada de compromisos, traslados y presentaciones, buscando un tiempo que no tiene para darnos esa pincelada que dibuja el milagro de organizar una carrera ciclista en los tiempos presentes.
Bonus Track
Los creadores de la banda sonora de la Volta a Catalunya, nos explican su experiencia tras ganar el concurso y poner la música a este carrera catalana.