Gobik planta cara a la despoblación

Gobik planta cara a la despoblación

En un mundo donde cada día prima más el resultado, donde las metas y objetivos son la vara de medir para muchos, Gobik apuesta por darle valor al camino. El camino, que en ocasiones pasa desapercibido, es donde la marca española ha puesto el foco con el objetivo de recuperar, ensalzar y utilizar ese trayecto como punto de unión entre amigos.

Una de las señas de identidad de Gobik ha sido y es la oportunidad que da a todos los ciclistas de ser únicos, no solo de sentirlo, sino de materializarlo. Bajo el lema de "Unique kit for a unique team", la marca vuelve a reforzar ese compromiso con el ciclista de grupeta. El servicio de personalización de Gobik proporciona a muchas grupetas de amigos ciclistas la posibilidad de lucir únicos cada fin de semana, por cada lugar que pisan, por cada camino que recorren encima de la bicicleta, plasmando en su piel, en su kit la esencia de cada uno de ellos. “Nuestro servicio de personalización no solo permite a los ciclistas sentirse únicos, sino también plasmar su identidad en cada ruta, en cada pelada”, “Como un compromiso a largo plazo con la comunidad ciclista y los valores que ella representa, en Gobik hemos optado por dar valor al camino en sí mismo. Reconocemos que el trayecto, en ocasiones pasado por alto, es donde reside la verdadera esencia de la experiencia ciclista”, comentan Alberto Garcia y José Ramón Ortín respectivamente, CEOs de Gobik.

En esta ocasión, Gobik quiere ir un paso más allá, ensalzando el valor del camino para unir, visibilizar y luchar contra un problema cada vez más presente en esta sociedad, la despoblación de muchas áreas rurales. Para apoyar esta iniciativa, Gobik lanza una serie de rutas en Strava con punto de partida en diferentes provincias de España, Francia, Italia, Bélgica, Alemania y Reino Unido que señalan estos pueblos como punto de paso. Pueblos de un encanto y belleza singular que a diario disfrutan apenas un centenar, en los mejores casos un millar de habitantes y que están a una ruta de distancia. 

De la misma manera que Gobik firma en la piel de cada maillot personalizado, quiere que esta sea la firma del compromiso que adquiere la marca con y para estos pueblos que se encuentran en peligro de extinción. Villarroya, Quiñonería, Castilnuevo, Granadilla y Turruncún en España, Oradour-sur-Glane, Celles, Py y Roussillon en Francia, Consonno, Civita di Bagnoregio, San Severino di Centola, Bussana Vecchia y Castelnuovo dei Sabbioni en Italia, sin nombrar otros tantos de paso y que esconden lugares, anécdotas y sorpresas increíbles y que, solo gracias al ciclismo podrán ser descubiertas. Lugares únicos donde cada grupeta podrá dejar su firma, la misma que Gobik plasma en cada uno de sus maillots. 

De esta manera, la marca no solo alza la voz, sino que anima a todas las grupetas a dejar a un lado el número de kilómetros recorridos o la velocidad media de la salida, apostando por disfrutar de otro tipo de ciclismo, el que te lleva a sitios nunca vistos, el que te pone de cara a tu entorno, a tu tierra, a tus raíces. Un ciclismo que te llena de experiencias, de recuerdos y de sensaciones junto a tu grupeta, única e inigualable.

 

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