A lomos de nuestras bicicletas gravel, y en colaboración con Volata y Strava, descubrimos uno de los entornos más encantadores, atractivos y, a bien seguro, más desconocidos de la península. ¿Quién diría que en Murcia se encuentran unas localizaciones casi de película de western? Situados al oeste del macizo montañoso de Sierra Espuña, los Barrancos de Gebas son una característica formación de badlands —terrenos extensamente erosionados por el agua y el viento debido a la falta de vegetación— compuestos por cárcavas, barrancos y cañones que proporcionan un aspecto espectacular que recuerda al de un paisaje lunar sobre la Tierra.
Tiene una superficie total de 2.271 hectáreas y se encuentra repartido entre los municipios de Alhama de Murcia y Librilla. Su mayor interés reside en su estructura geomorfológica, con un origen donde influyeron especialmente las corrientes de agua de la rambla de Algeciras y su cuenca sobre terrenos altamente erosivos. Sin embargo, a pesar de su condición de semidesierto, uno de los mayores encantos que contiene es un pantano de aguas turquesa llamado el embalse de Algeciras. Será uno de los elementos centrales de estos dos días de gravel que pasamos en la zona y en los que el grupo formado por Jero, Olga, Sonia e Israel, junto con David tras el objetivo de la cámara de fotos, completamos dos rutas circulares con un total de 80 kilómetros y más de 2000m de desnivel positivo acumulado.
Primera jornada: en busca de las aguas turquesas
Empezamos la aventura con una ruta asequible y circular para todos los públicos y niveles de experiencia ciclista —ideal para aventurarse por primera vez en el mundo del gravel y del off-road— que parte de la Hospedería la Mariposa, cerca de Gebas, en el corazón de la región de Murcia. Este alojamiento rural será nuestra base de operaciones para estos dos días de gravel relajado y tranquilo. Os atenderán de manera excepcional y donde os podéis quedar a pasar la noche o, por qué no, un fin de semana completo en esta zona tan mágica donde el sol y el buen tiempo están siempre asegurados en todas las épocas del año.
Se trata de un recorrido de poco más de 36 kilómetros que transcurre mayoritariamente por pistas bastante compactas y llega hasta las entrañas de este lugar tan especial. Aunque es perfectamente ciclable, hay alguna piedra suelta que puede hacernos perder el control de nuestra bici. Es también apropiado para cualquier tipo de bicicleta de montaña o gravel, como es nuestro caso, en que nos subimos encima de bicis MMR de gravel con transmisión Shimano GRX en versiones de cable y Di2 con doble plato 46x30 y 11 velocidades (11-34) perfectamente aptas para nuestra ruta. Que se lo digan a Olga y Sonia que fueron capaces de poner a Jero e Israel en aprietos en más de una ocasión aprovechando los serpenteantes y sinuosos repechos del trayecto que, en algunos momentos, parecía tornarse en un laberinto sin salida.
Poco después de dejar atrás la aldea de Gebas, vamos en dirección a Alhama de Murcia por carretera, subiendo un puerto junto al cruce de El Berro pero siguiendo en dirección a La Muela. Desde allí nos dirigimos a la senda del Pino Gordo, en la Sierra de la Muela, famosa en el entorno local y muy apreciada por los amantes del senderismo, que desemboca en un camino de baja dificultad y tomamos la pista que pasa paralelo al trasvase Tajo-Segura a la derecha que nos llevará hasta el mirador de Algeciras donde podremos disfrutar de unas vistas idílicas del embalse de Algeciras que actuará, a partir de ahora, como nuestro punto de referencia.
La ruta continúa siempre en sentido circular al pantano siguiendo un tramo de pista en descenso —hay que tener cuidado con la pendiente, que puede llegar al 8% — para, a continuación, tomar una rambla de sube y baja en dirección siempre al trasvase cuesta arriba, dejando el barranco a mano izquierda. Durante todo el trayecto nos acompañará un paisaje de tierras áridas de poca altura y despoblado de vegetación. Son terrenos de materiales calcáreos y arcillosos que se transforman al compás del viento y del agua nos dan la bienvenida a nuestro paso, creando formas inigualables. La zona se encuentra completamente repleta de cañones y barrancos. Esta pista nos llevará hacia la carretera que va desde Fuentelibrilla a Librilla, donde pasaremos el área de recreo y tomaremos un camino a mano izquierda que desemboca en la carretera de Fuentelibrilla. Cruzamos el pueblo dirección a El Berro y, a la altura de un restaurante, tomamos el cruce a la izquierda serpenteando entre los almendros y nos adentramos en el camino que recorre la Loma del Aire para llegar, 2 kilómetros más adelante, hasta el Mirador de Gebas, una atalaya natural acondicionada en 2002 por la Dirección General de Medio Natural, que nos proporciona unas vistas verdaderamente impactantes, con el embalse de agua turquesa en el horizonte.
Con capacidad de 44,6 Hm3 y construido en 1995, es uno de los ocho paisajes protegidos de la región de Murcia y forma parte del Plan General de Defensas contra inundaciones de la cuenca del río Segura, a la vez que se utiliza como almacenamiento del trasvase Tajo-Segura. Se trata de un lugar excepcional para el avistamiento de aves que han colonizado la zona, como garzas reales, gaviotas, zampullines, ánades reales o cigüeñuelas, pero, a nosotros, lo que verdaderamente nos importaba era poder conocerlo subidos sobre nuestras bicis.
Queremos llegar hasta lo más profundo del barranco así que seguimos pedaleando entre las inmensas laderas margosas y llegamos hasta el Barranco del Agua, una de las partes más profundas y desagua, junto al Barranco de Cabecico Blanco, en la rambla de Algeciras, que es la que alimenta el barranco principal. En este punto, encontramos un cruce. Tras girar a la derecha, llegamos a la joya de la ruta y la zona más baja: la parte central del embalse de Algeciras o barranco de Gebas. Una vez allí aprovechamos para parar un rato a descansar, hacernos “selfies” y recobrar fuerzas para la vuelta, recorriendo los mismos senderos en sentido contrario respecto a la ida para llegar a la pista que desemboca en el repecho al cementerio de Gebas —que es el punto más alto de la zona, a 428 m., cosa que lo convierte en otro excelente mirador para disfrutar el paisaje— y, en dirección Alhama, hasta la Hostelería La Mariposa, donde reposaremos el resto del día.
Segunda jornada: paredes de piedra en el Barranco de Leyva
En este segundo día de ruta miramos al este, justo al otro lado de la zona de los Barrancos de Gebas, para descubrir otro paisaje espectacular: el de Sierra Espuña. En total, serán casi 43 km bastante asequibles pero con la ascensión a Collado Blanco a mitad de camino, con 1.220m de altitud y con algún tramo de hasta el 16% de pendiente, como gran dificultad, y con el paso por el Barranco de Leyva, una majestuosa pared de piedra muy apreciada por los practicantes de la escalada, como uno de sus principales atractivos.
Desde la hospedería, llegamos hasta el municipio de El Berro —podemos tomar la carretera local RM-515 a la salida de Gebas— y la zona de parking del área recreativa de los Barrancos de Leyva y, desde allí, tomamos la Senda de los Dinosaurios, que está muy bien indicada. Continuando por este sendero y, casi nada más comenzar, nos toparemos con la primera parada obligatoria: un puente colgante de madera donde lo aconsejable es bajarnos de nuestras bicis y pasarlo andando. Desde allí podremos contemplar los restos fosilizados de un dinosaurio, de ahí el nombre de dicha senda.
Aproximadamente 300 metros más adelante llegaremos a la pista forestal principal que, prácticamente en línea recta y en ligera pero exigente subida —conocida como Las Brujas—, nos lleva a través del grandioso y esplendoroso Barranco de Leyva donde podremos contemplar las impresionantes y majestuosas paredes de piedra a nuestra derecha. Mientras seguimos ascendiendo poco a poco por la pista principal. A vista de drone el paisaje es de fábula, puro y agreste.
4 kilómetros más adelante y, tras haber completado algo más de 500 metros de desnivel acumulado, llegamos a una serie de curvas más cerradas, con dos giros muy pronunciados que nos conducen a la cima del Collado Blanco, el punto de más altura del recorrido. Por fin, el paisaje de nuevo se abre ante nosotros y descubrimos un entorno nuevo, diferente, donde no nos queda claro si nos encontramos en Murcia o en las llanuras más extensas y espectaculares de Colorado, en los Estados Unidos.
Es tiempo para reponer fuerzas y, cómo no, hacernos las pertinentes fotos de rigor que inmortalizan el momento y volver hasta El Berro rodeando todo el perímetro de Sierra Espuña, teniendo precaución en la bajada, que será exigente. Los 15 km hasta llegar a El Berro nos permiten gozar de la diversidad de terrenos, lugares, entornos, vegetación y naturaleza en su plena expresión que hacen única esta zona. ¿Y lo mejor? Poder recorrerlo con nuestras bicis.
Textos: Israel Romero
Fotos: David Ponce