Como ciclistas, todos esperamos la llegada del verano con sol y buenas temperaturas para disfrutar de nuestro deporte, pero dependiendo de nuestra latitud, podemos encontrarnos con un clima desafiante. En esta guía hemos recopilado una serie de consejos y trucos para que estos días se conviertan en fantásticas salidas en bicicleta.
Planificar para disfrutar
Es importante que antes de hacer una salida en bicicleta en verano, tengamos a mano un pronóstico certero de las temperaturas que se sucederán en la ruta. Vivimos en la era de la información y acceder a avisos y alertas por ola de calor es relativamente sencillo, tanto como pensar en otros días para salir, si nos avisan que el calor va a ser extremo o son nuestras primeras rutas y no tenemos el cuerpo aclimatado.
Si conocemos un poco el territorio, podemos deducir los mejores itinerarios que nos eviten el sol más plomizo sobre nuestras cabezas e incluso plantear salidas a menor velocidad, menos exigentes, y por tanto más placenteras.
Primeras y últimas horas del día
Cuando el sol cae vertical, a plomo, sobre el corredor, es molesto e incluso insalubre, una lima a veces invisible que roe la capacidad del ciclista hasta dejarle muchas veces seco.
Por eso es importante hacer el esfuerzo de madrugar, cosa que no a todos gusta, o utilizar las últimas horas de la tarde, que no son tan frescas, pero sí evitan la incidencia perpendicular del astro rey. Insistimos en la primera hora del día, en bicicleta es un placer que conviene probar. La naturaleza despierta, los olores salen a flote y el calor es llevadero.
Si no hay otra que salir en las horas centrales, entonces dos cosas importantes: crema de protección solar y sales minerales junto al agua. La primera es importante aplicársela por los brazos, piernas, cuello y nariz, renovándola cada 2-3 horas de marcha. La segunda, algo básico para no sufrir deshidratación y también beber a finos y reiterados sorbos.
La deshidratación, el enemigo que no avisa
Pero volvamos sobre esa palabra, la deshidratación, y la importancia de saber qué calor estamos padeciendo, según donde rodemos, seco o húmedo.
Aunque para la vida normal, el primero sea más llevadero, el calor húmedo es mucho más adecuado para practicar ciclismo, pues mantiene el cuerpo siempre húmedo, con una sensación de sudoración que es perenne en el ciclista.
No sucede lo mismo con el calor seco y en especial a partir de los 1000 metros. Cuando subimos un puerto, el cuerpo se va secando de forma imperceptible, a ello añadimos que la altitud contribuye a esa sequedad. Por esto conviene ir bebiendo, siempre, aunque no apetezca y no sólo durante la salida, también los días antes de la marcha.
A partir de los 35 grados, el cuerpo humano cae en su rendimiento pues las órdenes cerebrales llegan con más dificultad a las diferentes partes, hay que tener especial cuidado en estos momentos, disminuir la exigencia e incluso hacer pequeñas paradas a la sombra para rehidratarnos y comer.
Las prendas y complementos para disfrutar de la bicicleta
Además de lo comentado, la indumentaria ciclista es esencial, ya no sólo en factores de refrigeración y transpirabilidad, también en protección ultravioleta. Gobik, nacida en una tierra de generosos veranos como Murcia, tiene mucha experiencia en la creación de producto de este perfil. Los repasamos por categorías.
Maillots
Modelos con una variada gama de colores y diseños a nuestra elección y un factor de protección solar medio de 40 SPF.
Destacamos el Carrera 2.0, con su excepcional capacidad de transpiración, perfecto para los días más intensos y tórridos:
También los Infinity, Attitude, CX Pro y Stark para días de calor más moderado. Puedes pulsar en cada imagen para ir a la página de producto:
Culottes
Además de su transpiración, la elección del culotte en verano esconde otras claves, como evitar heridas producidas por rozaduras. Una herida mal curada en este periodo puede ser una pesadilla, por eso hay que ir a tejidos suaves, aterciopelados y ajustados.
Gobik lanzó el culotte Utralite hace pocos días, en una apuesta por y para el verano más duro. Es una pieza que premia al ciclista con una badana top, que aguanta las grandes salidas, evacúa el sudor y seca rápido. Su tejido es extraordinariamente suave y presenta perforaciones en la zona de los muslos:
Como una segunda opción contamos con el Absolute Revolution.
Chalecos y camisetas interiores
Si la salida no acontece en las horas centrales y las primeras o últimas luces del sol son el escenario escogido para la misma, un chaleco como el Plus 2.0 y una camiseta interior Second Skin ampliarán el rango de confort del ciclista ante posibles cambios de temperatura:
Calcetines
El asfalto también contribuye a esa sensación de calor extremo, por eso conviene cuidar de los pies y parar de vez en cuando, para soltar zapatillas y ventilarlos. Si el pie no “respira” durante muchas horas, puede inflamarse, doler mucho y contribuir a la fatiga del ciclista.
En calcetines, los Lightweight son una buena opción, pues resultan frescos y finos, sin aumentar el espacio dentro de la zapatilla, evitando rozaduras:
La línea de calcetines Superb es transpirable y su peso es perfecto para altas temperaturas:
Otros complementos
Por último, hay una serie de accesorios y complementos que también jugarán un papel importante:
Bidones: uno, dos o incluso más, si la bicicleta lo permite.
Tienes muchos colores disponibles:
Gorras: que sirvan para mejorar la evacuación del sudor del casco y ofrecer una pequeña visera, también para evitar los insectos que se cuelan por sus ranuras.
Guantes: un elemento de controversia para muchos ciclistas que, además de evitar rozaduras, pueden enjuagar bien el sudor en subidas y evitar algún rasponazo en las manos en caso de caída.