Cada primavera, Mallorca da la bienvenida a miles de ciclistas con sus carreteras tranquilas, su luz suave y la promesa de un día largo sobre el sillín. La 312 se ha convertido en uno de los eventos más emblemáticos de la isla: una vuelta que recorre la costa y se adentra en la montaña, donde la resistencia se mezcla con la atmósfera especial del entorno.
Expo
Estuvimos presentes desde el principio. Tres días en la expo de Playa de Muro, compartiendo espacio con los participantes mientras recogían sus dorsales, consultaban el parte meteorológico y paseaban con calma entre los stands. Como patrocinadores oficiales del maillot del evento, queríamos que nuestra presencia se sintiera cercana y accesible. Muchos se acercaron a personalizar su maillot con un set de parches de edición limitada diseñados especialmente para la ocasión—pequeños detalles para marcar un gran esfuerzo por delante.
El viernes por la tarde vivimos uno de los grandes momentos del fin de semana: Alejandro Valverde pasó por nuestro stand para un meet & greet con los participantes. Fue una ocasión distendida para conectar con alguien que ha formado parte del ciclismo durante décadas. Algunos compartieron recuerdos de carreras pasadas o entrenamientos; otros simplemente se llevaron una postal firmada como recuerdo. La fila avanzó con buen ritmo, entre sonrisas y presentaciones algo nerviosas. Fue un momento que nos recordó que el ciclismo va mucho más allá de la línea de meta.
Día de la carrera
El sábado, las carreteras comenzaron a llenarse temprano. 312 kilómetros nunca son fáciles, pero lo que hace que muchos repitan es el ambiente que se respira en el recorrido—grupos que se forman y se disuelven, voluntarios aplaudiendo desde las cunetas, paisajes que se abren de golpe cuando la ruta cruza la isla.
En el kilómetro 280, instalamos un pequeño punto de avituallamiento. Los ciclistas podían parar, entregar su bidón usado y recibir uno nuevo, diseñado especialmente para esta edición. La idea era simple: refrescarse, reciclar y seguir adelante, esa breve pausa—a solo 20 kilómetros de meta—pareció llegar justo a tiempo.
Entre los participantes había algunas caras conocidas de nuestra comunidad de embajadores, como Jesús Chiquitín, que completó el recorrido junto a amigos y compañeros, que como muchos participantes no estaban allí para competir, sino para formar parte de un evento ya mítico y disfrutar de un recorrido espectacular.
La Mallorca 312 no necesita demasiadas explicaciones. Quienes la han vivido, saben lo que ofrece. Nos alegra haberte visto por allí un año más.
