Gobik en la Vuelta a Burgos, un año después

Gobik en la Vuelta a Burgos, un año después

Parece una eternidad, pero ha pasado solo un año, cuando el ciclismo se encaminaba hacia una temporada de circunstancias por el azote de la pandemia. Entonces, aquellos últimos días de julio de 2020, todo el mundo miraba a la Vuelta a Burgos, la carrera que marcaba, de alguna manera, el pistoletazo de salida para un calendario comprimido hasta la extenuación.

Era la Vuelta a Burgos del estreno de Gobik como partner técnico para los maillots de líder. Una prueba de fuego en esas circunstancias, el miedo a un positivo en la caravana era enorme, y un paso más para la marca, que con la Vuelta a Burgos proseguía su crecimiento en el ciclismo profesional.

La Vuelta a Burgos 2020 fue histórica, por el singular momento que le tocó para celebrarse, y por coronar un ganador como Remco Evenepoel, quien aquellos días entre julio y agosto impresionaba por su solvencia en cualquier terreno. El belga se llevaría a casa el primer maillot morado que Gobik diseño para la vuelta burgalesa.

En un año, las cosas han cambiado mucho para la marca murciana. Su crecimiento ha ido de mano del UAE Team Emirates, la casa de Tadej Pogačar. En este tiempo, Gobik ha vestido al prodigio esloveno en el camino hacia la meta más alta a la que se puede aspirar, el Tour de Francia, pero también ha tenido ocasión de celebrar mundiales y hasta medallas olímpicas, con significación especial al bronce de David Valero en la carrera de MTB en Tokio.

Ahora la Vuelta a Burgos

En una temporada ciclista casi normal como la presente, la Vuelta a Burgos recupera su rol de previa y banco de ensayos para la Vuelta a España. Se da la circunstancia, además que ambas saldrán del mismo escenario, de los pies de la catedral burgalesa, joya del gótico mundial que está de aniversario, 800 años la contemplan desde que pusieran la primera piedra.  

La carrera sigue con sus cinco días de competición, con etapas que han pasado a figurar parte de la tradición y el ideario colectivo del ciclismo. La primera en el Alto del Castillo, por ejemplo, desde cuya cima se avista la ciudad entera y las torres de su catedral. No es la llegada más dura, pero sí perfecta para hacer una primera selección.

La carrera seguirá hacía Briviesca, otro de los clásicos en la ruta, y luego a Espinosa de los Monteros, con una novedad, la entrada de Picón Blanco como gran filtro a menos de 20 kilómetros de meta. Son ocho kilómetros al nueve por ciento, con la novedad de que no se acaba arriba y se exige a los ciclistas bajar bien hacia meta.

La cuarta etapa será un recorrido entre viñedos por la Ribera del Duero y al final se subirá, como marca la tradición, a la cima de las Lagunas de Neila, puerto violento y duro del que saldrá el sucesor del prodigio belga, Evenepoel.

Entre otros se espera al ganador del Giro de Italia, Egan Bernal, acompañado de Pavel Sivakov, junto a Simon Yates, Hugh Carthy, Damiano Caruso, Romain Bardet y Mikel Landa, en su primera carrera desde la caída y abandono en el Giro.

Todos pelearán por entrar en un lujoso palmarés junto a Perico Delgado, Marino Lejarreta, Alex Zulle, Tony Rominger y Alejandro Valverde, entre otros muchos.

Todos pelearán por llevarse el morado diseñado por Gobik a casa.

Texto: El cuaderno de JoanSeguidor

Fotos: Photo Gomez Sport

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