Cuando le preguntamos a João Almeida, uno de los grandes fichajes del UAE Team Emirates, por su raíces ciclistas, por la zona donde nació, no vacila explicar que “mi pasión por el ciclismo viene de dentro. Es un sitio bello e ideal para crecer con la bicicleta, el tiempo es bueno y puedes correr en pantalón corto casi todo el año, si no llueve claro”.
Y eso que es de Caldas da Rainha, cerca del océano, entre Lisboa y Porto, una zona muy ciclista que tiene hasta un museo de ciclismo.
Sin antecedentes familiares en el pelotón, ni dirigiendo un coche, ha crecido como muchos de los ciclistas portugueses que empiezan a destacar: “Mi referencia es la de casi todos los de mi generación en Portugal, Rui Costa, que hoy tengo como compañero. Ha logrado tantas cosas que es admirable. Me alegra mirar el calendario y ver que tengo varias carreras con él este año. También he estado atento a otros, como Nelson Oliveira o Sérgio Paulinho, corredores que han alternado grandes trabajos para sus líderes con victorias importantes”.
Un buen momento para el ciclismo portugués
En el año más duro de la pandemia, con el Giro celebrándose en octubre, João Almeida dio el salto a los grandes titulares portando la maglia rosa durante más de media carrera. Con él destacó Rubén Guerreiro, rey de la montaña y ganador de una etapa en el Giro. Fue un gran momento para Portugal y su ciclismo, que cada vez gana más enteros.
“El ciclismo está creciendo en Portugal -apunta-, es un hecho. Estamos de acuerdo que el fútbol sigue siendo el número uno, pero nuevos talentos surgen en ciclismo que están ayudando a crecer este deporte en la dirección adecuada”.
Él acabó en la bici tras pasar por otros deportes: “Crecí practicando varios deportes, desde muy pequeño, pero de forma seria, concentrado al 100%, sólo me he dedicado al ciclismo”.
“Siempre he sido muy competitivo -admite- y disfruto probándome ante los demás. Desde un inicio me vi ahí, con los mejores, logrando los objetivos y no dudé en seguir trabajando y mejorar. Nunca he dejado de trabajar duro”.
Un ciclista convencido
João Almeida prosigue y deja claro que su elección por ser ciclista “no fue algo que se produjera un día en concreto, fue, yo creo, una progresión natural. Cuando me vine a Italia, al Unieuro Trevigiani, di mis primeros pasos en el ciclismo internacional y fue cuando empecé a plantearme qué quería hacer con mi vida, si quería dedicarme al ciclismo. La respuesta fue afirmativa, tanto que tuve la ocasión de ir al equipo de Axel Merckx, en lo que fue un buen movimiento, pues aprendí otras muchas cosas más allá de la bicicleta”.
Para él “todas las victorias son importantes, todas valen. No puedo quedarme sólo con una, en todo caso puedo decir que mi próxima victoria será la más importante. Ojalá no me equivoque y sea pronto”.
Primeros días en el UAE Team Emirates
Sobre su nuevo equipo apunta que “me encanta estar aquí, me siento en casa. Es un cambio importante, pero la adaptación está siendo buena. No me siento presionado, tengo margen y el equipo está conmigo. No me malinterpretes, no quiero perder ni un segundo en mejorar, pero hay que hacerlo con seguridad y avanzar en el buen camino. Tengo muchas ganas de ponerme un dorsal y empezar a correr”.
“Mi gran objetivo es el Giro, una carrera en la que tengo buenos recuerdos y en la que espero lograr algo importante. Lo daremos todo, sin miedo a fallar, además correr con Tadej es muy chulo, ya hemos realizado algunos entrenamientos juntos y sabe crear muy buena atmósfera con ese carácter tan relajado que tiene. Es el número uno del mundo y correr con él es un gran honor” relata.
En su contacto con Gobik se declara admirado: “Me ha impresionado la calidad de la ropa. He entrenado en altitud en todo tipo de condiciones y la ropa estaba siempre perfecta. Siempre están creando e innovando, es una marca muy cool”.
Y fuera del ciclismo ¿qué le atrae a João Almeida?
“Me gusta relajarme y desconectar un poco del ciclismo. Quedar con amigos, estar con la familia, en definitiva limpiar mi cabeza y recargar baterías” concluye este risueño portugués que cuando se pone un dorsal resulta uno de esos espectáculos que este nuevo ciclismo nos ha regalado.
